Orígenes
La historia de un suéter Malo comienza en el desierto de Gobi, una vasta y remota región que abarca el norte de China y Mongolia Interior. Aquí vive la mayor parte de la población mundial de Capra Hircus — cabras de cachemira capaces de soportar temperaturas invernales de hasta cuarenta grados bajo cero. Estas duras condiciones fomentan el crecimiento de su precioso subpelo, que se desprende naturalmente en primavera — la única época en que se puede recolectar esta cachemira pura.
Colección de hilo
Las fibras más finas se recogen peinando a mano, una técnica tradicional que protege a las cabras y asegura el mejor rendimiento. Bajo su capa exterior áspera se encuentra el suave subpelo de cachemira, recogido durante la temporada de muda — solo unos pocos gramos hasta aproximadamente medio kilo por animal cada año.
Clasificación
Después de la recolección, el hilo crudo se lava, peina y clasifica antes del deslanado, un proceso que elimina las fibras gruesas de la suave capa blanca inferior. Esto produce “cachemira pura”, hecha de las fibras más finas, blancas y largas. Malo utiliza solo fibras superiores de grado A, de 14 a 16,5 micrones de grosor y 42 mm de longitud.
La cría de cabras de cachemira sigue siendo un medio de vida tradicional en Mongolia Interior. Solo el respeto total por los animales garantiza las fibras más finas, y Malo utiliza materiales certificados que honran la naturaleza y las comunidades locales. Desde el hilado hasta el teñido, cada proceso tiene lugar en las fábricas de Malo, donde la tradición, la artesanía y la excelencia se unen para crear prendas hechas para durar.

